ARTE MESOAMÉRICA: Los Códices prehispánicos

© Trustees of the British Museum

Los llamados Códices prehispánicos son manuscritos de carácter pictográfico realizados por los pueblos indígenas de Mesoamérica antes de la llegada de los españoles.

La mayoría de ellos fueron destruidos por los conquistadores o están muy deteriorados, conservándose sólo unos 18 originales de la etapa prehispánica y unos 100 ejemplares de época colonial, como el Códice Mendoza o el  Códice Borbonicus.

Varios de ellos llegaron a Europa como regalos de los conquistadores a su rey y posteriormente pasarían a distintos países europeos y casas reinantes.

Entre los códices considerados prehispánicos estarían: los manuscritos mixtecas (Códice Nuttall, el Vindobonensis, el de Bodley, el de Selden, el Colombino y el Becker I), los aztecas como el Código Borbónico, y  los mayas como el Código de Dresde, verdadera tabla astronómica de increíble precisión.

Código de Dresde

Todos estos códices tienen un gran valor historiografico puesto que fueron realizados antes del siglo XV siendo los únicos textos indígenas que no recibieron influencia hispánica.

La temática que presentan es muy variada y compleja. Incluyen creencias religiosas y leyendas, genealogías de sus reyes y señores, así como calendarios agrícolas, mapas, hasta incluso poesía o tratados de astronomía.

Para representar estos temas suelen utilizar elementos pictográficos de diferente catergoría conocidos como glifos.

Página 13. Códice de Dresde. Cultura maya s.III a.C

Los glifos pueden ser de tipo numérico, zoomórficos o antropomórficos que combinan en diseños, en muchas ocasiones de gran complejidad, siguiendo criterios propios de cada lengua local.

En el caso de figuras humanas, suelen tener posturas estereotipadas de lucha, alianzas o muerte,  y la mayoría son representados con trajes rituales que nos ayuda a conocer las costumbres primitivas.

Estas pictografías aparecen en distintos soportes flexibles, desde el papel de origen vegetal, a la piel de vacuno o las telas.

Según los especialistas, a estos materiales se les hacía un tratamiento previo que incluía añadir una especie de estuco para alisar la superficie y facilitar la decoración. Luego se añadían los diseños con tintes naturales, como la grana cochinilla o el índigo, y otros de procedencia mineral.

Las láminas decoradas, que pueden tener varios metros de longitud, se disponen en varios formatos como tira, rollo, biombo, lienzo y hoja aislada.

Código de Nuttall. ©Einsamer Schütze

Por el complicado de los diseños y la delicadeza de las miniaturas que incluyen podemos deducir que fueron trabajados por escribas profesionales. Estos especialistas debían saber pintar e interpretar los escritos y fueron considerados sabios para su comunidad.

Los escribas recibirían una formación especializada desde muy jóvenes y formarían parte de la élite social al ser transmisores de cultura. Se convertían así en hombres poderosos que trabajaron al servicio de los centros políticos y económicos de la época como eran el palacio, los templos y tribunales.

Curiosamente el término con el que se los conoce en esta zona de Mesoamérica es el de «tlacuilos» que traducido significaría «escribir pintando«, mientras que para los mixtecas eran los «huisi tacú» (los que escriben con arte).

Sabemos que los Códices eran guardados en lugares especiales similares a nuestras bibliotecas y controlados por la élite dirigente de señores y jefes religiosos. Fueron utilizados como elementos de propaganda y prestigio. Gracias a ellos podían restringir el acceso al conocimiento y dominar a sus pueblos.

¿CÓMO SE LEEN LOS CÓDICES?

Según los investigadores la lectura de estos textos dependía del formato que tuvieran.

Así por ejemplo, era frecuente que los códices prehispánicos se  colocaran de forma horizontal directamente en el suelo y alrededor de ellos se situaban los oyentes y el traductor que podía ver la información de forma completa e interpretar los glifos. En otras ocasiones como el Códice Borgia que tiene forma de biombo pudieron estar colgados de las paredes del palacio.

Otras veces se leían de izquierda a derecha, y de arriba a bajo como nuestros libros, pero también se podía leer en zigzag o desde el centro de la imagen.

En ocasiones, los escribas incluían lineas rojas que marcaban los párrafos de lectura e se añadían huellas humanas para indicar el sentido de la lectura.

Borbonicus_15

Sin embargo, los códices de época colonial fueron perdiendo esos añadidos originales y pronto adquieren el formato de libro europeo.

Este proceso de aculturación, que se extendió a otros aspectos de sus costumbres, les hizo perder progresivamente esa autenticidad que encontramos en los códices prehispánicos primitivos.

Los nuevos manuscritos fueron encargados sobre todo por la Corona española con la intención de conseguir una descripción exacta de las nuevas tierras conquistadas y sus riquezas, así como por la Iglesia que los utilizó como medio de difusión de la nueva religión católica.

Entre los códigos prehispánicos más destacados se encuentra el «Códice Colombino«, escrito hacia el siglo XII por la cultura mixteca. Los mixtecas se localizaron en esa zona de la costa mesoamericana desde el siglo X hasta principios del siglo XVI y fueron el principal enemigo de los aztecas.

Contiene 24 páginas donde se relata la biografía de los gobernantes de Tutupetec (actual Oaxaca en México) en un estilo histórico-narrativo muy complejo. Describe victorias militares, rituales y alianzas matrimoniales, así como la genealogía de sus gobernantes,  sobre todo de un tal Ocho Venado (también conocido como Garra de Jaguar) uno de los señores más poderosos de la región.

Fragmento Códice Nuttall. Representación de Ocho Venado a la derecha

En forma de biombo, su lectura sería siguiendo el orden de abajo a arriba, y de izquierda a derecha en forma de zigzag.

Las figuras representadas no tienen perspectiva demostrando su evidente rasgo prehispánico, y están delimitadas por un contorno negro y gran riqueza cromática.

Es uno de los Códices más estudiado y sobre él se han realizado varias interpretaciones y traducciones. La  más reciente considera que sería parte de un manuscrito mayor que fue fraccionado en los primeros años de la conquista, así los arqueólogos creen que el Códice Colombino y el Códice Becker I, que pude verse en el Museo de Etnografía en Viena, deben interpretarse como un único códice.

Ver: Facsímil digital «Código Colombino» / Facsímil digital «Códice Nuttall»

CURIOSIDADES

Denominar códices a estas manifestaciones escritas en realidad sería un error puesto que un códice se refiere a un libro manuscrito cosido en uno de sus laterales, algo que no encontramos en estas piezas. Según los estudiosos, como José Manuel Pardo López, en realidad deberíamos llamarlos manuscritos, lienzos en pictogramas o incluso lienzos.

Los manuscritos o códices actualmente pueden dividirse en cuatro tipos según su origen. Así estarían los manuscritos precolombinos, los manuscritos de patrocinio español, los manuscritos indígenas de época colonial y los conocidos como mixedcolonial.

La mayoría de los códices conservados siguen la temática de calendario-ritual, lo que demostraría la importancia de estos manuscritos para las culturas indígenas.

Dejaron de producirse hacia el siglo XVII cuando la alfabetización de las culturas precolombinas fue avanzando por el continente.

FUENTES: http://www.inah.como (Instituto Nacional de Antropología e Historia de México)/ http://www.bdmx.mx (Biblioteca Digital Mexicana)/www.famsi.org/ http://www.revistaciencia.amc.edu.mx/www,ebuah.uah.es/

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